A partir de 1974 el Gobierno de Chile, a instancias de la comunidad científica nacional e internacional, creó 4 zonas protegidas o Reservas Nacionales en la zona cordillerana de las Provincias de Ñuble y Bíobío con el fin de contribuir a la conservación de la biodiversidad y de la vida en el planeta, debido a que esta es la zona geográfica de encuentro o superposición de dos ecosistemas de importancia mundial: el matorral mediterráneo de Chile central y los bosques húmedos, templados y lluviosos valdivianos, situación a la que se debe la existencia de una extraordinaria riqueza de fauna y flora con un alto porcentaje de endemismo, pero lamentablemente también en muchos casos en riesgo de extinción.

La iniciativa fue complementada con la creación del Corredor Biológico “Nevados de Chillán – Laguna del Laja”, área de 560.000 Has. (1.383.790 acres) que encierra las cuatro Reservas Nacionales mencionadas y grandes extensiones de tierras privadas y fiscales, cuya finalidad es garantizar la necesaria conectividad entre paisajes, ecosistemas y habitats dentro del área asegurando el mantenimiento de su diversidad biológica y la preservación de los procesos ecológicos y evolutivos, lo que requiere de la compatibilización del uso sustentable de los recursos naturales con la conservación de las cuencas hídricas, los recursos de flora y fauna, la preservación de las bellezas escénicas, la no destrucción de los suelos y la protección de los sitios donde habita el huemul (Hippocamelus bisulcus), todo ello bajo el amparo legal de los Decretos Supremos N° 295 de 1974 y N° 391 de 1978 del Gobierno de Chile.

Organismos científicos de relevancia mundial, como CI (Conservation International), WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), Birdlife International, Frankfurt Zoological Society y TNC (The Nature Conservancy) identifican el Corredor Biológico “Nevados de Chillán – Laguna del Laja” como una de las ecoregiones prioritarias de conservación de la Naturaleza a nivel mundial y como uno de los 25 “hotspots” de biodiversidad en el planeta. En tanto el Gobierno de Chile, con la participación directa de TNC (The Nature Conservancy) y CODEFF (Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora), se encarga de hacer efectivas las finalidades del Corredor y de controlar su cumplimiento a través de sus organismos oficiales CONAF (Corporación Nacional Forestal) y CONAMA (Comisión Nacional del Medio Ambiente).

Recinto se encuentra dentro del Corredor Biológico y, consecuentemente, en medio de la belleza escénica en que se traduce esta gran riqueza biológica. Ya en 1848, al visitar las Termas de Chillán, el connotado naturalista y pensador Don Ignacio Domeyko consignó su apreciación al respecto de la siguiente manera: “Si al salir de este lugar queremos buscar cuadros de otra naturaleza, que hagan contraste con aquellos cerros donde el agua y el fuego se dan la mano… Volvamos a sumergirnos en las inmediatas selvas… No hay belleza en los Reinos Animal y Vegetal de Los Andes que no concurra a adornar estos sitios…”